jueves, 24 de enero de 2013

Darwin y Muñiz interesados en la vaca ñata

Hugo P. Castello, 2013.  MACN: en comisión en la Fundación de Historia Natural "Félix de Azar

Craneo de Vaca ñata a la izquierda comparada con el de una vaca normal. Exhibición del Museo en  el antiguo edificio de Alsina y Perú. Probablemente década de 1930. (AHMACN).


Ya en su primer visita a la  ciudad de Buenos Aires y a Colonia de Sacramento (Noviembre 1832), Charles Darwin tuvo oportunidad de conocer ejemplares vivos de la vaca ñata, una variedad genética de la vaca, que se caracteriza por su hocico mas corto o ñato.
El naturalista británico pudo ver, por primera vez en su vida, ejemplares vivos de vaca ñata (niata oxen) en una estancia lindante al arroyo San Juan, cerca de Colonia del Sacramento, según relata Parodiz (1981) en su libro sobre “Darwin en el Nuevo Mundo” (pag. 57). En sus apuntes de campo,aunque no espec ifica la localidad, Darwin describe como el dia 18 de Noviembre de 1832 tuvo la oportunidad de observar ejemplares de vaca ñata (1).
La libreta de campo de Charles Darwin, conocida como "Buenos Ayres Notebook", una de las numerosas libretas en las que anotó sus observaciones a lo largo del extenso viaje a bordo de la Beagle y alrededor del mundo. El 18 de noviembre de 1832 escribió sus observaciones sobre la vaca ñata.

Contactos de Charles Darwin con Francisco  Javier Muñiz
En el capítulo VIII de su libro “Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo”, publicado en 1839 describe La vaca ñata tiene con los otros vacunos la misma relación que el bulldog con los otros perros. La frente es muy corta y ancha, con el maxilar superior, junto con el plano completo de los dientes molares superiores, curvado hacia arriba. La mandíbula inferior se proyecta por delante de la superior, presentando una curvatura hacia arriba. El labio superior está muy hacia atrás, las fosas nasales están muy arriba y ampliamente abiertas. Los ojos son bien salientes y los cuernos grandes. Cuando caminan, la cabeza, sostenida por un cuello corto, es llevada baja. Los miembros posteriores son más largos que lo usual, en comparación con los anteriores. La dentadura incisiva al descubierto, la cabeza corta y las fosas nasales hacia arriba dan a estos vacunos el más gracioso aire de arrogancia y provocación”.
En otra parte del mismo capítulo, Darwin señala algo muy importante: “La raza tiene existencia propia, y un toro y una vaca ñata producen invariablemente terneros ñatos. El cruzamiento del toro ñato con la vaca común, o viceversa, produce siempre tipos intermedios, pero con los caracteres ñatos muy marcados”.

Estas pormenorizadas descripciones de Darwin sobre el ganado ñato, que en sus obras lo refería como “raza”, son coincidentes con una enfermedad de origen hereditario que, provocada por una mutación genética dominante, es conocida como discondroplasia, es decir un desarrollo anormal de cartílagos y huesos que dan lugar a un crecimiento corporal  desproporcionado y con características de cabeza ancha y corta y marcado prognatismo.
 
 
  
Libro con donde se detalla el contenido de los notebooks de Charles Darwin


Ternero de vaca ñata. Foto enviada a Martín Doello Jurado  por Luis Viana de la localidad de Alberdi, Pcia. de Buenos Aires. (AHMACN No.7520.).

Contactos de F. J. Muñiz con Charles Darwin

Las observaciones realizadas por Muñiz sobre la vaca ñata ganaron la atención de Darwin con el cual inició un intercambio epistolar y a su vez con Richard Owen, en ese entonces su colaborador.
Darwin le plantea  a su amigo Edward Lumb sus dudas de la siguiente manera: “es de interés para mi saber si la vaca ñata resiste la domesticación, cuando expuesta a la influencia de la civilización”.

A mediados de  la década de 1840 Charles Darwin, el Dr. Richard Owen y el Dr. Francisco J. Muñiz habían estado en contacto epistolar mutuo en forma previa por la oferta que había realizado Muñiz de vender el esqueleto completo de un tigre diente de sable que el había excavado  y colectado en las barrancas del río Luján en cercanías de la villa donde  residía como prácticamente médico del Ejército. Lo describió  en la Gaceta Mercantil en 1845 bajo el nombre de Muñi-felis bonaerensis (2).
Darwin interesado en obtener mayor información sobre la vaca ñata  le envió por carta a su amigo Edward Lumb (3) siete preguntas para que Francisco Javier Muñiz le aclarara algunas dudas que tenía. Muñiz preparó una detallada respuesta para el Sr. Lumb cuyo manuscrito  se denomina “Contestación a las sietes cuestiones…” y éstas le fueron enviadas por carta a Darwin.
En febrero de 1847 Charles Darwin le envió una carta  (4, 5) a F. Muñiz que residía en Luján  y hace referencia a la vaca ñata bajo estos términos: "(Ha transcurrido) Algún tiempo desde que Ud. fuera tan amable de enviarme a través del Sr. E. Lumb alguna informacion muy curiosa y para mi muy valiosa con respecto a la vaca niata (ñata) “(Some time since you were so kind as to send me through Mr. E. Lumb (1) some most curious, and to me most valuable, information regarding the Niata oxen). (Ver texto completo en recuadro mas abajo).
Es interesante mencionar que a pesar que algunos autores consideraban que la variedad de vaca ñata estaba extinguida, ésta aun perdura y existen ejemplares en nuestras estancias.


Domingo Faustino Sarmiento admirador y editor de los manuscritos del Dr. F. J. Muñiz

El ex Presidente  Doningo Sarmiento .quien fue un admirador del Dr. Francisco Javier Muñiz se dedicó a recopilar y publicar sus manuscritos científicos. La publicación se denominó Francisco Javier Muñiz Escritos Cientificos. Ciencias Naturales Argentinas. El capítulo IV estuvo dedicado a la Ñata Oxen (Vaca ñata): 219-228. Dichos manuscritos se encuentran en su mayor parte en el Archivo Histórico del MACN.
El referido a la vaca ñata tienen un título extenso y se denominó  Contestación a las sietes cuestiones que en consulta se ha servido dirigir al infraescripto el señor Enrique (Eduardo)  Lumb sobre la vaca ñata”. 

En la misma publicación Sarmiento escribió con respecto al tigre diente de sable: "En efecto, en 1845 publicaba en la Gaceta Mercantil el hallazgo de un nuevo cuadrúpedo fósil: un león antediluviano, más fiero y destructor, más fuerte y temible para los demás animales, encontrado en la gran capa aluvial que próxima a la superficie cubría la provincia y la mayor parte del territorio argentino. Lo bautizaba con su apellido y lo anclaba en la provincia de Buenos Aires. Con este gesto, ajeno a las reglas de la caballerosidad científica, donde muy pocas veces el creador se honraba a sí mismo, surgía  Muñifelis Bonaerensis (sic) . Muñiz, seguro de ser “el primero” en describirlo, ponía a consideración de los “sabios que se dedican al conocimiento de esos irrecusables testigos, víctimas al mismo tiempo, de espantosas y desoladoras catástrofes. Esa certeza procedía de la ausencia de esta especie en la obra del “recomendable Mr. Darwin , después de sus interesantes trabajos sobre las Costas Patagónicas y otros puntos de la República desde 1832 hasta 183.
Muñiz basaba la creación de este género en la forma ganchosa y aguda de los incisivos, indicio de una ferocidad de índole devastadora en grado inconcebible sobre el resto de sus congéneres. La descripción de los caracteres osteológicos del león seguía las convenciones de la anatomía comparada al estilo de Cuvier, empezando por los huesos del cuerpo, planteando similitudes con otros géneros y especies relacionados, para dedicarse luego, con particular detalle, a los caracteres dentarios y trazar tablas comparativas entre las medidas osteológicas de  Muñifelis y Felis, Tigre y León, tomadas de Cuvier. Por analogía, a la pareja creada por el depredador y sus víctimas de otros continentes y otros tiempos, como león/elefante y  Megalonix  /animal fósil de Ohio, Muñiz concluía que su león había perseguido al pesado megaterio, al mastodonte, al caballo, al gran “Tatú” y a otros pacíficos habitantes de estas regiones: aún cuando no fuese dotado de alta estatura ni de gran masa, era ágil, fuerte, sobradamente feroz y astuto. Muñiz cerraba su nota discutiendo sobre el carácter de la fauna americana y anticipando que pronto enviaría una nota sobre el megaterio, ese enorme cuadrúpedo de nuestras pampas que había adquirido justa celebridad zoológica".
 Notas
(1) Copia textual traducida de sus anotaciones en el Notebook Buenos Ayres
18 de noviembre. En dos ocasiones me encontré en esta provincia con algunas vacas de una raza muy curiosa, llamada ñata o Niata. Parecen externamente tener  casi la misma relación con otros tipos de ganado, que los perros tienen con los bull dogs. Su frente es muy corta y ancha, con la punta nasal hacia arriba, y el labio superior muy retraído, su mandíbula inferior se proyecta más allá de la superior y tienen una curva ascendente, por lo que sus dientes están expuestos siempre.
Sus fosas nasales están ubicadas muy arriba y son muy abiertas, y sus ojos se proyectan  hacia fuera. Al caminar llevan la cabeza baja, sobre un cuello corto, y sus patas posteriores son más largas en comparación con las patas delanteras. Sus dientes desnudos, con las cabezas cortas, y las fosas nasales vueltas hacia arriba les dan un aire ridículo  y auto confianza.
 Desde mi regreso, he conseguido un cráneo, gracias a la bondad de mi amigo el capitán Sulivan, RN, que ahora esta se depositada en el Colegio de Cirujanos.
Don F. Muñiz, de Luján, ha tenido a bien recoger para mí toda la información que podía respeto de  esta raza.
De ésta cuenta, parece que hace unos ochenta o noventa años atrás, eran poco frecuentes y se mantenían como curiosidades de Buenos Aires. Universalmente se cree que la raza se originó entre los indios hacia el sur de la Plata, y que fue con ellos el tipo más común. Incluso hoy en día, las vacas criadas en las provincias cercanas a la Plata muestran su origen menos civilizado, son  más feroces que el ganado común, y la vaca suele abandonar fácilmente a su primer becerro, si visitada con demasiada frecuencia o es molestada. Es un hecho singular que una variedad casi similar a la raza Niata, según me informa el doctor Falconer, que existió un gran rumiante extinguido de la India, el Sivatherium. Un toro y una vaca niata invariablemente producen terneros Niatos. Un toro Niato con una vaca común, o el cruce inverso, produce descendencia que tiene un carácter intermedio, pero con características fuertes de Niata: de acuerdo con el señor Muñiz, existe la evidencia muy clara, que contrariamente a la creencia común de los agricultores en casos análogos, que la vaca Niata cuando se cruzó con un toro común transmite sus peculiaridades más fuerte que cuando el toro Niata se cruzan con una vaca común. Cuando el pasto es medianamente largo, la alimentación de ganado Niato se hace con la lengua y el paladar, así como el ganado común, pero durante las grandes sequías, cuando tantos animales perecen, la raza Niata se encuentra bajo una gran desventaja, y sería exterminada si no se le presta especial cuidado que, para el ganado común, como los caballos, son capaces sólo para mantener con vida, ramonean o podan  con los labios en las ramas de los árboles y cañas, lo que niatas no lo pueden hacer tan bien  , ya que sus labios no se unen, y por lo tanto perecen antes de que los animales comunes. Esto me parece un buen ejemplo de lo poco que somos capaces de juzgar por los hábitos comunes de la vida, en qué circunstancias, que sólo ocurren a largos intervalos, como puede ser determinada la rareza o la extinción de una especie.
(2) Muñiz, F. J. 1845. The Muñi-Felis bonaerensis. La Gaceta Mercantil, 10 de Julio 1845 ,Pág.1-2.
(3)  Edward Lumb, fue un comerciante británico que sirvió de anfitrión a Darwin durante su viaje a bordo de la Beagle  en su primera estadía en Buenos Aires (2-9/11/1832).
(4) Se guarda en el Archivo Histórico del MACN, datada el 26 de febrero de 1847.
(5) Texto de la carta enviada por Charles Darwin a F. Muñiz, Luján, 26/2/1847.
Down, Farnborough, Kent,

February 26, 1847.
 
DR. F. J. MUNIZ, Buenos Aires.

RESPECTED SIR,

Your letter of August 30, with the papers which you were so good as to send me, reached me only a short time since, owing to the protracted illness and absence from London of Mr. Morris, through whom they were sent. I have lately heard from Mr. Morris that you wish to dispose of your fossil remains on some pecuniary arrangement, which I did not fully understand from your own letter to me. I have given Mr. Morris my opinion on this head, so will not here repeat it; but will only say that I conceive the only feasible plan would be to send your fossils here to some agent to dispose of them. No society will purchase anything of the kind without having them inspected, and most societies only receive presents. Your specimen of the Muñi-felis must be a noble one; I suspect it will turn out to be a Machairodus, of which there are some fragments in the British Museum from the Pampas. I will endeavour to get your paper translated and inserted in some scientific periodical. Your account of the earthquake in the Pampas has surprised me; I never heard of one in any part further east of the Cordillera than at Cordoba. If you will inform me whether you read English I shall be happy to send you a copy (if you will point out some channel) of my “Geological Observations on South America,” lately published; I do not think it worth sending them without knowing whether you read English, which I fear is not probable. Your pamphlet on the scarlet fever I will present to the Royal College of Surgeons. I cannot adequately say how much I admire your continued zeal, situated as you are without means of pursuing your scientific studies and without people to sympathise with you, for the advancement of natural history; I trust that the pleasure of your pursuits affords you some reward for your exertions. Some time since you were so kind as to send me through Mr. E. Lumb some most curious, and to me most valuable, information regarding the Niata oxen. I should be deeply obliged by any further facts about any of the domestic animals of La Plata; on the origin of any “breed” of poultry, pigs, dogs, cattle, etc. I should be much interested by a brief description of the habits and appearance of the pigs, dogs, etc., which have run wild, and especially on the habits of these wild breeds, when their young are caught and reared. Will a puppy of one of the run-wild dogs, if brought up carefully, be as tame as a common dog? Any information on all such points would be of real service to me; and my address, should you find time to write to me, will always be that at the head of this letter. I most sincerely wish you all success in your admirable labours, and if at any time I can be of any service, I shall be happy to be so; but I am sorry to say I am not connected with any mercantile establishment and cannot recommend agents, etc., etc. With much respect, I beg to remain, Sir, | Your obliged and obedient servant, 
CHARLES DARWIN.

P.S.—I omitted to state that Prof. Owen has heard that a collection of bones from Buenos Aires some time since arrived at Paris.

Bibliografia
Alt, M. F. Apuntes sobre la vaca ñata: http://www.angus.org.ar/docs/Revistas/251/vaca_nata.pdf
Keynes, R. D.; Rookmaaker,K., and G. Chancelor, 2009.  Charles Darwin's Notebooks from the Voyage of the Beagle. UK
Muñiz, F. J. 1916. Escritos Cientificos.Ciencias Naturales Argentinas.(1) Seis ensayos, publicados con introducción y comentarios de Domingo F. Sarmiento y con juicios críticos de Bartolomé Mitre y Florentino Ameghino: 279 pp. Buenos Aires.
Parodiz, J. J. 1981.Darwin in the New World, pag. 57.
Leiden, The Netherlands.

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